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Por ANDONI ORRANTIA
DESGRACIADAMENTE, desde hace años, los momentos de incertidumbre se han convertido en un hecho habitual para muchas empresas y raro es el día en el que Euskadi no se enfrenta al cierre de una de ellas. Desde 2008, hasta en 7.555 ocasiones. Cuatro empresas al día han bajado la persiana. Al cese, por ejemplo, de la actividad de Thyssenkrupp en Alonsotegi en 2010, le siguió dos años más tarde Formica en Galdakao y a ésta, Corrugados Azpeitia. Ahora, esa negra sombra planea sobre uno de los emblemas de MCC y de la economía de Debagoiena. Y en este caso, en medio de la incertidumbre de más de 4.000 trabajadores, la comunicación también se revela como un factor fundamental. La gestión informativa debería adquirir una relevancia propia, puesto que puede contribuir a minimizar el impacto de la situación o, por el contrario, a generar un nuevo frente de problemas (como está ocurriendo). Por eso, parece que toda empresa debería estar preparada -también desde el punto de vista informativo- para afrontar un escenario de las características que está viviendo Fagor Electrodomésticos.
La plantilla, que se enfrenta a este trágico escenario y que en algunos casos protagonizará encierros como protesta, espera cuando menos, aliento por parte de sus gestores, claridad en las informaciones y eficacia en las medidas que se adopten. La parálisis es el mayor enemigo en este tipo de situaciones. No hacer ni decir nada equivale a claudicar. En primer lugar, porque se infunde una gran desconfianza entre quienes pueden ayudar y entre los afectados. También porque, como se ha constatado, el reconocimiento a tiempo de la existencia de la crisis hubiera sido el primer paso para su solución. Y finalmente, porque el silencio informativo provoca un vacío que se está llenando no siempre de forma afortunada. En este sentido, cualquiera podría pensar por ejemplo, que el hecho de haber presentado el concurso voluntario para la filial polaca en un juzgado de San Sebastián tiene por objetivo que los mismos administradores concursales lleven todos los procesos en un único juzgado y de forma acumulada. En definitiva, ¿el futuro de Fagor está tomado desde el pasado jueves?
Resulta inconcebible agravar una situación ya de por sí delicada. Hace falta actuar con gran dosis de realismo y dejar la ficción de lado para otros momentos. En estas tres semanas desde que se presentara el preconcurso de acreedores hemos asistido y asistiremos estos días a acusaciones y reproches de carácter empresarial y político por parte de MCC, de Fagor Electrodomésticos, de unos trabajadores contra sus compañeros o de la oposición contra el Gobierno vasco. Se han buscado culpables en vez de soluciones. Se ha llegado a cuestionar el modelo cooperativo y la marca Euskadi. Y lo más grave, tanto MCC como Fagor Electrodomésticos han perdido la iniciativa en la comunicación, destinando más fuerzas a defenderse de las acusaciones y trasmitiendo una imagen sospechosa, o al menos dudosa, respecto a su actuación.
En medio de la confusión, cada hora que pasaba, cada minuto que transcurría por las calles de Mondragón era abrasado por el siguiente en medio del silencio. Y en ese punto, la dirección de Fagor Electrodomésticos ha caído en un triple grave error de comunicación.
Primero, hacia sus trabajadores porque el eje directriz tendría que haber sido la de exponer y explicar los acontecimientos a tiempo, haciendo entender los matices al mayor número posible de personas y garantizando la transparencia. Segundo, hacia su grupo por no alertar hace tiempo de la situación por la que atravesaban y por el daño causado a su imagen. Y tercero hacia el Gobierno vasco, hacia el que ahora miran.
Los problemas que no se conocen, ni se pueden entender ni se pueden arreglar. ¿Por qué la dirección de Fagor Electrodomésticos no hace público el plan de viabilidad presentado a la Corporación Mondragón, a instituciones y a entidades financieras en el que supuestamente prevé cerrar la mitad de las plantas y desprenderse de unos 2.500 trabajadores?. ¿Por qué MCC no aclara realmente si se podrá salvar algo de Fagor?. En momentos como éste, no solo los afectados, también la sociedad espera responsabilidad.
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