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Opinion

 
Menuda receta: Cotizar más y cobrar menos pensión.
 
30/10/2013
 
Media: LA GACETA
 
 

Por Cristina Alcalá.

El sistema de pensiones en España corre peligro. Una sociedad envejecida y con cerca de seis millones de parados no puede asegurar las jubilaciones de las próximas generaciones. La CEOE tiene clara la solución: trabajar más y cobrar menos prestación.

El anteproyecto de ley del Gobierno de Rajoy para reformar las pensiones es una medida que han criticado de lleno tanto la patronal como a los sindicatos. Un rechazo que ya han dejado patente en numerosas ocasiones. El último ejemplo lo ha protagonizado el Instituto de Estudios Económicos (IEE), una organización vinculada al sector empresarial, con unas propuestas alternativas al Ejecutivo que han levantado alguna que otra ampolla.

Durante la presentación del análisis sobre los Presupuestos Generales del Estado para 2014, su presidente, José Luis Feito, remarcaba que no son lo suficientemente contundentes para frenar el gasto público y aseguraba que el Gobierno debería acelerar la reforma de las pensiones cuanto antes.

Una decisión que, según él, si no se toma, podría terminar desbordando los presupuestos a medio plazo debido al crecimiento acelerado de las jubilaciones y al aumento del gasto de estas prestaciones.

Por ello, el ‘think tank’ vinculado a la CEOE ha presentado varias medidas con las que considera que ayudarán a plantear las reformas estructurales necesarias del sistema. La primera iría enfocada al año de jubilación: los trabajadores deberían trabajar hasta los 70 años y cotizar 40, como mínimo, para poder percibir el 100% de la pensión (y solo 20 años si quieren cobrar el 50%).

Por otro lado, proponen recortar la prestación por desempleo inicial a los parados de larga duración a cambio de alargar el periodo de cobro.

“Debe aumentarse la edad de jubilación, como ocurre en otros países del entorno”, afirmaba el presidente del instituto. No obstante, sus palabras no se ajustan del todo a la realidad de ese entorno del que habla.

La edad de jubilación en los principales países de la UE estaría por debajo de la marcada por España tras las últimas reformas, que fijó subirla de forma gradual de los 65 a los 67 hasta 2027.

Sin embargo, en Italia ascendería hasta los 66 años en 2028; en Alemania de los 65 a los 67 en 2029; en Portugal de los 65 a los 66; en Francia se quedaría en los 62; en Reino Unido la edad de jubilación quedará establecida en 68 años para el 2044 y en Grecia pasaría de los 60 a los 65. Unos baremos que nada tiene que ver con lo propuesto Feito, ya que, tras las últimas reformas, España estaría en la media de su entorno europeo.

Más de 300.000 familias

Asimismo, el IEE ha recomendado que no se revaloricen las pensiones vinculada al IPC, al considerar que las nuevas jubilaciones son superiores a la media y se incrementará ante el envejecimiento de la población de los próximos años. Una descarada propuesta si se tiene en cuenta que, con casi seis millones de parados y con más de dos millones de familias en las que ningún miembro tiene trabajo, la pensión de los más mayores supone el último chaleco salvavidas al que se aferran muchos como barrera para evitar la exclusión social.

En la actualidad, más de 300.000 familias en España viven de la pensión de los ancianos, una cifra que se ha triplicado desde 2007, cuando solo eran 96.000 los hogares con todos sus miembros en paro que convivían con un mayor de 65 años.

Ante la imposibilidad de pagar un alquiler o una vivienda, muchos parados de larga duración, que ven que sus prestaciones por desempleo se van acabando, deciden sacar a los ancianos de las residencias para poder sobrevivir con la raquítica pensión que le da el Estado.

“Las pensiones en España no son muy altas. Si no se revalorizan conforme al IPC, provocará aún más el empobrecimiento de un sector que ahora tiene que sustentar también a los hijos y los nietos”, explica a ÉPOCA Vicente Sanz, presidente de la Confederación Nacional de Jubilados y Pensionistas de España (Conjupes).

Unas valoraciones que han sido criticadas por los principales sindicatos. Desde UGT la han calificado de las “más rancias de la doctrina neoliberal”, cuyos efectos serían demoledores. Una opinión que secundan también desde CC OO. Su secretaria de empleo, Paloma López, considera que las “recetas” de la patronal van encaminadas a “empeorar las condiciones de vida de los trabajadores” y rechaza tajantemente elevar la edad de jubilación hasta los 70 años.

Los sindicatos no solo critican las medidas que intentan imponer a los pensionistas, sino también aquellas que van encaminadas a rebajar más las prestaciones a los parados de larga duración, ya que consideran que será penalizar una vez más al sector más afectado por los recortes de los últimos años. En contrapunto, proponen establecer una renta mínima garantizada para aquellos ciudadanos que carecen de cualquier tipo de recursos económicos.

Más viejos, más dependientes

No obstante, está claro que la sociedad española está cada vez más envejecida. Según los últimos censos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la edad media de la población española supera ya los 40 años de edad.

Lo que se incrementa también la tasa de dependencia (la relación entre los ciudadanos no activos, menores de 16 y mayores de 64; y los considerados activos, que van desde los 16 a los 64 años). Es decir, en la actualidad hay solo dos personas en edad de trabajar para mantener a cada menor o jubilado. Una pirámide poblacional, cuya base era muy ancha y su vértice muy estrecho y en la que los cotizantes mantenían a los pensionistas, que ha visto cómo se invertía su estructura en los últimos años.

Una situación que ya sería de por si alarmante en tiempos de bonanza económica y que se agrava con la crisis. Hace cinco años atrás, el sistema era más sostenible y el posible aumento de dependencia se podía mantener con lo que ingresaba el Estado. Sin embargo, ahora aumenta el gasto en pensiones mientras se reduce el dinero de las arcas públicas, lo que provoca, entre otras cosas, que el Fondo de Reserva (un colchón del que echa mano la Seguridad Social cuando los ingresos son insuficientes) esté en peligro de agotarse. De seguir con este ritmo, este “salvavidas” podría desaparecer en cinco años, alertan desde el Círculo de Empresarios.

La esperanza de vida de la sociedad española va en aumento, por lo que mantener el actual sistema abocará irremediablemente al fracaso. Sumado a que la actual crisis económica ha provocado que existan más personas jubiladas que jóvenes trabajando, por lo que la sostenibilidad del sistema se vendrá abajo.

Aumentar la edad de jubilación a los 70 años es solo un parche para intentar frenar el descontrol del gasto. Una medida que debería ir acompañada de otras propuestas que garanticen las prestaciones a las generaciones venideras.

“Está claro que las pensiones del futuro van a ser inferiores a las actuales. Pero se deben tomar medidas cuanto antes para garantizar el sistema público que tenemos en la actualidad”, remarca Vicente Sanz.

 

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