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bilbao - El conflicto laboral de Lanbide va camino de enquistarse con las consecuencias que el bloqueo puede tener para el servicio. La jornada de huelga de ayer convocada por los cuatro grandes sindicatos obtuvo un seguimiento importante -de más del 70% según las centrales y de en torno al 50% según Lakua- y amenaza con convertirse en un punto de inflexión a partir del cual los paros se intensifiquen. Los sindicatos advierten de que, si el Gobierno vasco no retira la Relación de Puestos de Trabajo (RPT), que según denuncian conlleva despidos de eventuales y rebajas salariales, la tensión laboral irá en aumento.
La RPT de Lanbide enfrenta a los representantes de los trabajadores con el Gobierno vasco desde hace prácticamente dos años, cuando el departamento de Hacienda y Administraciones Públicas hizo las primeras propuestas para reorganizar la plantilla y unificar las condiciones de trabajo en el Servicio Vasco de Empleo. La concreción de una RPT era una necesidad que el anterior Ejecutivo de Patxi López, en cuya legislatura se creó Lanbide, dejó pendiente, y una demanda de los propios sindicatos. Sin embargo, el actual viceconsejero de Función Pública, Andrés Zearreta, no ha logrado un punto de encuentro con las centrales, a pesar de que el proceso negociador se ha alargado cerca de dos años, un periodo salpicado de movilizaciones con varias jornadas de huelga.
Finalmente el Gobierno aprobó el pasado 30 de diciembre y sin el visto bueno de los sindicatos la primera parte de una RPT con un total de 918 plazas, por encima de las 870 con que contaba el organismo, de cara a iniciar cuanto antes el proceso de reorganización interna -la segunda parte se aprobará en abril-.
El día a día de las oficinas es de “relativo colapso”, como este fin de semana ha reconocido en DEIA el nuevo consejero de Empleo, Ángel Toña, una situación en la que ha incidido de manera directa la asunción de la gestión de la RGI en la legislatura de López. Esta circunstancia es denunciada por los sindicatos, que demandan más personal, y también es una preocupación de los gestores del organismo. Toña comparte con su predecesor, Juan María Aburto, el objetivo prioritario de descargar de trabajo a las oficinas para que puedan volcar sus esfuerzos en la búsqueda de ofertas adecuadas a los desempleados.
Lakua considera que la RPT aprobada puede ser el primer paso en ese camino, y niega que se vaya a perder empleo. Al contrario, indica que el número de plazas aumenta, aunque reconoce que algunos eventuales tendrán que regresar a las bolsas de trabajo y su puesto podría ser ocupado por otras personas. Este ha sido un punto crítico de la negociación, ya que los sindicatos denuncian despidos, si bien desde Lakua se recuerda que no puede consolidar vía decreto la situación de trabajadores eventuales.
Por otro lado, la confluencia en el origen de Lanbide de varios colectivos de trabajadores procedentes de distintos organismos como el antiguo Inem o Egailan, además del propio departamento de Empleo, dificulta la unificación de condiciones laborales. En este proceso, algunos trabajadores podrán sufrir rebajas salariales, tal y como denuncian los sindicatos.
“desastre absoluto” En el transcurso de la jornada de huelga convocada ayer por ELA, LAB, CC.OO. y UGT, a la que atribuyeron un seguimiento “mayoritario”, con el cierre de algunas oficinas incluido, los representantes de la plantilla reclamaron a Lakua que se dé marcha atrás a la RPT. Aseguran que los cambios de personal van a hacer que haya “un montón de gente nueva que no va a ser capaz de realizar el servicio, volviendo la atención de Lanbide al año 2011”. “Va a ser un desastre absoluto”, dijo Ramón Uriarte, de ELA. “Los trabajadores tienen la impresión de que están siendo despreciados, infravalorados y humillados en este proceso”, añadió.
Lorenzo Sebastián, de CC.OO., criticó que Lanbide es “un juguete roto en manos de los partidos”, y advirtió de que con la RPT “se destruyen puestos de trabajo en los colectivos de orientador y administrativo, se baja el salario a los más que cobran menos, y se desplaza forzosamente a cien personas”.
Los portavoces sindicales reconocieron el gesto de Toña al reunirse con ellos el pasado jueves, a pesar de que la configuración de las plantillas de la administración vasca no depende de su departamento, y le pidieron que intervenga para resolver un conflicto “que puede salpicar a toda la sociedad”. El nuevo consejero de Empleo indicó en Euskadi Irratia que en Lanbide “hay un problema”, pero confió en “cambiarlo entre todos”.
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