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La temporalidad está en el 20,4%, crece la jornada parcial hasta el 19% y bajan los salarios Precariedad o flexibilidad; caída salarial o competitividad; destrucción de empleo o cambio de rumbo del mercado laboral. La reforma laboral promulgada en febrero de 2012 por el entonces nuevo Gobierno de Mariano Rajoy continúa siendo objeto de fuerte controversia y de reivindicaciones por sindicatos y patronales. Llegó en un momento negro de la economía española pero a corto plazo no logró frenar el deterioro del mercado de trabajo. Y ahora, cuando parece encarrilada la recuperación -que el Gobierno atribuye en parte a los cambios laborales-, las incógnitas sobre sus efectos persisten.
Tres años después de la reforma más agresiva para los derechos laborales sacralizados durante la Transición, la situación del mercado de trabajo aún no ha recuperado, salvo alguna excepción, los niveles de aquel mes de febrero. Especialmente en Euskadi, que sigue a la zaga del conjunto de España en la recuperación. Y hay un diagnóstico común: ha crecido la precariedad laboral. Ahora bien, mientras unos temen que ésta ha llegado para quedarse -como sucedió en los años 80 con la temporalidad-, otros piensan que es un daño, colateral y transitorio, del crecimiento económico, que va camino ya de alcanzar velocidad de crucero.
Salarios a la baja con menos inflación
En este trienio, la reforma ha contribuido al resquebrajamiento de los cimientos del modelo social y económico ante unos ciudadanos estupefactos por los desmanes cometidos por responsables políticos e institucionales. Unas circunstancias que, a la postre, están en el origen del nuevo terremoto que amenaza el mapa político español, incluido el vasco, en un año de elecciones.
Un repaso a los principales capítulos del panorama laboral vasco y estatal puede servir de aproximación para valorar la oportunidad, el éxito o el fracaso de la reforma laboral, algunos de cuyos efectos a largo plazo son aún una incógnita.
El cáncer de la crisis: más paro en Euskadi, menos en España
Pese a los tres años transcurridos y a que la economía vasca, y sobre todo la española, vuelve a crear empleo tras siete años de crisis, el paro es en la actualidad más elevado que en febrero de 2012. La última Encuesta de Población Activa (EPA del cuarto trimestre de 2014) estima que en Euskadi alcanzaba las 174.000 personas, 21.000 más de las 153.000 del momento previo a la entrada en vigor de las reformas. En el conjunto de España, sin embargo, se ha producido una mejora, al pasar de 5,7 millones de personas a los 5,5 millones del pasado trimestre.
El paro registrado por los servicios públicos de empleo, la otra forma de medirlo, muestra una evolución paralela. Ha subido en la comunidad autónoma vasca de 156.000 personas en enero de 2012, a 172.000 en el mismo mes de 2015. Y en España se repite lo sucedido con la EPA: ha bajado de 4,6 millones a 4,5 millones. En las tasas de paro sucede lo mismo. Ha crecido en Euskadi del 14,2% al 16,6% y ha bajado en el conjunto del país del 24,2 al 23,7%.
Creación de empleo: el País Vasco sale con retraso del túnel
La economía comenzó a crear empleo en el segundo trimestre del año pasado en el Estado y en el País Vasco un poco más tarde, según la EPA. Pero en ninguno de los dos ámbitos se han recuperado los niveles de hace tres años, aunque puede estar a punto de suceder en el estatal.
En Euskadi había en el cuarto trimestre del año pasado 874.500 personas con trabajo, 44.000 menos que cuando se hizo la reforma laboral. Dada la lenta evolución que suelen tener estas cifras, aún pasarán unos trimestres antes de que la comunidad autónoma supere el nivel de hace tres años. En el conjunto de España son 206.000 empleos menos.
La afiliación a la Seguridad Social muestra la misma tendencia. Los 904.000 afiliados vascos de enero de 2012 se han convertido en 879.000, es decir, 15.000 menos. El conjunto del sistema ha bajado de 16,82 millones a 16,60 millones. En el caso vasco, donde la destrucción de empleo durante toda la crisis ha sido menos intensa, ese nivel de afiliación es uno de los mejores desde finales de 2012 y ya presenta avances en el último año, pero no tan acusados como en el caso español.
Cambios en los despidos: más casos en los tribunales y menos por EREs
Pese al abaratamiento del despido y la mayor facilidad para presentar EREs, las rescisiones de contratos por esta vía han tendido a la baja, un aspecto relacionado sin duda con la paulatina mejora de la economía. Así, los realizados por medio de expedientes de regulación de empleo en Euskadi han pasado, con frecuencia, de varios cientos al mes, a varias decenas en la actualidad, aunque con excepciones significativas como la de enero pasado (347 casos). Y en el conjunto de España, podría decirse algo similar, ya que se ha pasado de más de 5.000 mensuales de entonces, a los menos de 3.000 de los últimos tiempos.
En el caso de los despidos acordados en el Servicio de Mediación, la evolución ha sido diferente, ya que se ha producido un claro crecimiento desde la reforma de 2012, según los datos del Ministerio de Empleo, en los dos ámbitos analizados. Así, en Euskadi, se pactaban por esa vía menos de un centenar al mes antes de los cambios legales, mientras que en la actualidad se superan prácticamente todos los meses los 300. Hay que precisar al respecto que los últimos datos oficiales datan de octubre pasado. En España sucedió algo similar, al haber pasado de unos 3.000 casos mensuales a cerca de 9.000 a los pocos meses de entrar en vigor los cambios, nivel que se mantiene.
Por último, el otro gran registro de despidos es el de los Tribunales de Justicia, a los que llegaban antes de la reforma en torno a un millar de casos, y han pasado a cerca de los dos millares por trimestre. El crecimiento fue menos intenso en el conjunto de España, donde se pasó de menos 30.00 a superar claramente esa cifra todos los trimestres.
Jornada parcial: nueva forma de precariedad
Una de las acusaciones más frecuentes de los detractores de la reforma laboral se refiere a sus efectos sobre la precariedad. Esta se mide desde dos perspectivas diferentes: la temporalidad de los contratos y la importancia del trabajo a tiempo parcial. En el primer caso no ha habido grandes novedades, una vez que los empleos temporales fueron barridos en la primera etapa de la crisis. Así, en Euskadi ha bajado tanto el número de contratos temporales como la tasa de temporalidad, que se sitúa en el 20,4%, tres décimas menos que hace once trimestres. En España, en cambio, esa modalidad ha crecido en más de 150.000 contratos, para superar los 2,9 millones de trabajadores, y ha pasado del 23,9% al 25,2%. Los indefinidos han bajado en los dos territorios. En el conjunto de España la temporalidad ha empezado crecer de la mano de la creación de empleo, y en Euskadi sucede lo mismo, con altibajos, desde hace más de un año.
Y en el caso de la jornada tiempo parcial, un elemento de precariedad cuando no se trata de una opción voluntaria -lo que sucede en la mayoría de los casos-, el empeoramiento ha sido claro. De esta forma, son ya un 19% las personas que tienen un empleo a tiempo parcial, 2,5 puntos más que en el momento de la reforma laboral, mientras que en el conjunto del territorio estatal el alza ha sido de dos puntos, hasta el 16,1%.
En los contratos de trabajo apenas ha habido variación. Los indefinidos siguen siendo una minoría, que en el País vasco se sitúan en el comienzo de 2015 en el 8% del total, frente a las tasas inferiores al 7% de 2012 por las mismas fechas. En España, de un porcentaje situado cerca del 10% en el momento de la reforma, la proporción ha bajado en torno a un punto, en términos generales.
Por otro lado, han crecido los contratos a tiempo parcial, que en la comunidad autónoma vasca, que tiene los niveles más elevados de España de esta modalidad de ocupación, se sitúan en torno al 40% del total, unos seis puntos por encima de las cifras de España, y desde luego superiores en ambos casos a las de hace tres años.
Convenios paralizados: Euskadi es diferente
La reforma también supuso un ataque bajo la línea de flotación de la negociación colectiva en Euskadi. La prioridad aplicativa concedida a los convenios de empresa y la división sindical con cuatro centrales que mantienen estrategias diferentes, y con frecuencia enfrentadas, han tenido como resultado que al comienzo del año, según un balance aún provisional del CRL, poco más de 100.000 trabajadores con pacto sectorial tengan vigentes sus convenios, de un total de más de 330.000 que había antes de la reforma. El resto deberá renovarlo (más de 100.000 asalariados) o lo han perdido (también más de 100.000). En el conjunto de España no se ha dado esta pérdida y paralización de convenios y la gran mayoría de los trabajadores tiene sus acuerdos en vigor.
Doble escala salarial: juicios en vez de acuerdos
Además, esa paralización de la negociación colectiva y la desaparición de convenios está propiciando una doble escala salarial -que también es precariedad- de alcance no conocido hasta la fecha y de consecuencias inciertas en el futuro, que puede agravarse en los próximos años.
Ante esta situación, la reciente sentencia del Supremo en la que se garantizan las condiciones de trabajo de los asalariados aunque su convenio haya desaparecido ha dado un tranquilizados respiro a decenas de miles de trabajadores en Euskadi, pero instituciones y especialistas lamentan que la falta de entendimiento entre sindicatos y empresarios tenga que ser cubierta con sentencias judiciales. |