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La crisis ha reducido el tiempo que cada trabajador pasa en su puesto, a pesar de que la jornada media pactada se mantiene prácticamente constante. Las medidas de regulación de empleo, la conflictividad y, sobre todo, el descenso de las horas extraordinarias por la menor actividad explican esta caída. Cada trabajador vasco ha pasado de dedicar a su empleo de media 1.667 horas anuales en 2008 a hacerlo 1.634 en 2013, mientras que en el Estado el descenso es menos pronunciado -la jornada anual efectiva pasa de 1.749 horas en 2008 a 1.737-.
Los trabajadores vascos mantienen una amplia diferencia de jornada con los españoles. Los convenios vascos en vigor a diciembre de 2013 establecían una jornada media de 1.696 horas al año, algo más baja que la de 2012, mientras que los estatales establecían un tiempo de 1.748 horas, según datos del Consejo de Relaciones Laborales (CRL) y el ministerio de Empleo. La diferencia entre Euskadi y el Estado, ahora de 52 horas, se ha ampliado desde 2008, cuando los convenios estatales marcaban 46 horas más.
La reforma laboral no aumenta de forma significativa el tiempo de trabajo pactado por empresarios y sindicatos en Euskadi. La jornada pactada cayó a 1.675 horas en 2009, con un incremento en los convenios de 2010 hasta estabilizarse en el borde de las 1.700. Sí se nota la crisis y la reforma en los salarios, con incrementos pactados más bajos que en 2012.
La diferencia entre Euskadi y el Estado en la jornada efectiva -que es la jornada pactada menos las horas perdidas más las horas extra- es aún mayor. A finales de 2013 los trabajadores vascos trabajaban cien horas menos al año que los españoles, una brecha que en 2008 era más reducida, en concreto de 82 horas menos. Los vascos trabajaron en 2013 una media de 62 horas menos de las que establecía su convenio.
Este desfase se produce por las medidas de regulación de empleo, las huelgas -horas no remuneradas- o las bajas. Mientras las horas pactadas se mantienen, el tiempo real de trabajo durante la crisis registra un claro descenso, más acusado en la CAV. Las horas trabajadas pasan de 1.667 en 2008 a 1.634 el pasado año. Esta evolución se debe sobre todo al menor número de horas extra, un concepto que desaparece de las nóminas en momentos de baja actividad. Como señala un estudio de la UPV/EHU sobre el tiempo de trabajo en Euskadi y en el Estado, la menor demanda en la industria, uno de los sectores en los que es más habitual el uso de horas extra, así como las nuevas medidas de flexibilidad de las que dispone el empresario, explican la caída.
En concreto, cada trabajador vasco realizó en el primer trimestre de 2008 una media de 0,58 horas extra al mes, según el INE, una cifra que desciende de manera constante durante la crisis hasta las 0,44 horas en el primer cuarto de 2013. La comparativa es similar en todos los trimestres de cada ejercicio. El leve crecimiento del PIB en 2013 supuso un frenazo en esta caída, con un ligero repunte de la media en el primer y el cuarto trimestre. La pérdida de ocupados acentúa la caída del total de horas extras realizadas por todos los asalariados vascos, que pasan de 3.138 en 2008 a 1.291 en 2012, prácticamente una tercera parte.
En el Estado cada trabajador realizó 0,77 horas al mes en el primer trimestre de 2008, y solo 0,49 el año pasado. En la crisis el total de horas extra en España han pasado de 62.800 en 2008 a poco más de 36.000 en 2012, y continúan bajando en 2013.
Los ERE y las huelgas
Las medidas de regulación de empleo también han empujado hacia abajo el tiempo medio que se dedica al trabajo. Según el CRL, en 2008 los ERE de reducción de jornada y suspensión afectaron a algo más de 11.000 empleados vascos, y en 2013 fueron cerca de 30.000 -el aumento de los despidos es menos acusado-. La conflictividad también fue mayor en 2013, con 139.000 jornadas perdidas por huelgas en la CAV. En 2008 se perdieron por este motivo menos de 74.000 jornadas.
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