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La partitura del empresariado para el mercado laboral se mantiene casi igual que durante la crisis, pese a la incipiente recuperación de la economía que tanto el Gobierno como las distintas patronales vienen ensalzando desde hace meses. Por ejemplo, quieren la misma indemnización por despido para los contratos indefinidos y temporales, y que ésta converja a la baja hasta los 18 días por año trabajado en línea con lo que ocurre en países como Alemania, Suecia y Reino Unido.
Es una de las principales conclusiones del Barómetro de los Círculos –en el que han colaborado tanto el Círculo de Empresarios como el Círculo de Economía catalán y el Círculo de Empresarios Vascos-, presentado este jueves con las conclusiones de una encuesta a 154 directivos, así como de una veintena de entrevistas a altos ejecutivos. La mayoría de ellos también reclama que el salario mínimo interprofesional (SMI) se vincule al nivel de formación de cada trabajador.
Piden, asimismo, que los diferentes tipos de contratos se reduzcan a tres: indefinido, por «necesidades empresariales (de duración determinada)» y de empleo juvenil (formativo). Además, reclaman que los salarios se vinculen mucho más a la productividad, e insisten en que se rebajen las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social.
¿Reducir las sanciones?
Más polémica es su propuesta de una especie de nueva amnistía fiscal, aunque desde el Círculo de Empresarios alegan que no es ese fin. Quieren, en concreto, que se «provean incentivos fiscales para aflorar actividad» oculta a Hacienda, una idea que suena a reducción parcial de las sanciones correspondientes. Y abundan también en su petición ya conocida de rebajar los tipos tanto en el impuesto de la renta (IRPF) como en el de Sociedades.
Curiosamente, a la hora de ponerse nota, los empresarios suspenden prácticamente a todos los ámbitos… salvo a ellos mismos. Así, dan un suspenso a la contribución de las administraciones públicas (un puntuación de tres sobre un máximo de ocho), al mercado de trabajo (3,3) –pues, aunque valoran la reforma laboral, reclaman una flexibilidad aún mayor- y al sistema financiero (2,9). Por el contrario, conceden un aprobado, si bien raso, a los recursos básicos (4) y una nota algo mejor al dinamismo del mercado (4,9) y al de las propias empresas (4,4) |
