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Resta y sigue. La Seguridad Social encadenó en 2013 su tercer año en números rojos por culpa de la peligrosa combinación de la caída de las cotizaciones sociales y el incremento del gasto en pensiones y en prestaciones por paro. El déficit del sistema batió el año pasado con holgura el récord fijado en el ejercicio precedente, con un agujero presupuestario de 11.861 millones de euros, el 1,16% del PIB.
Un volumen nada desdeñable, muy por encima de los 10.131 millones (0,99% del PIB) que encendieron las alarmas justo hace doce meses cuando se conocieron los datos de 2012. Según los cálculos del Gobierno español, la Seguridad Social seguirá en déficit al menos hasta 2016. Serán seis años consecutivos de desajustes que pondrán a prueba el sistema y en los que lo más probable es que haya que recurrir en más ocasiones a la hucha de las pensiones.
En esta legislatura ya han salido de ella más de 18.600 millones y si no hay un cambio radical en la creación de empleo y la recaudación fiscal, la extra de verano de los pensionistas obligará a un nuevo desembolso. Cada vez que eso ocurre los ahorros se reducen en unos 7.500 millones y algunos analistas estiman que el desgaste superará los 30.000 millones al final del ciclo, la mitad de lo que había hace tres años.
por debajo del límite El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, presentó ayer con sus más cercanos colaboradores los detalles del déficit del Estado. Siguiendo la estrategia marcada el viernes pasado, cuando llegó a decir que España había "cumplido" pese a desbordar por 12 décimas el objetivo, Montoro se centró en la parte buena del dato. La Seguridad Social se quedó en 2013 unas décimas por debajo del límite, fijado en el 1,4%. Sin embargo, el déficit de la bolsa de las pensiones fue del 1,9%, mientras que el Servicio Público de Empleo Estatal registró un superávit del 0,11% y el agujero de Fondo de Garantía Salarial fue de solo de un 0,08%.
Los cambios que han endurecido los requisitos de acceso a la prestación por paro y han reducido su cuantía, junto al aumento en el número de desempleados que no cobra ningún tipo de subsidio y la lentitud con la que Fogasa atiende sus obligaciones, facilitan el control de gasto en el sistema. No ocurre lo mismo, de momento, con las pensiones, aunque es solo cuestión de tiempo después de la última reforma, que ha alargado la vida laboral y reducido la cuantía del salario de los jubilados.
El Ministerio aprovechó la comparecencia para hacer públicos los datos de contabilidad al cierre de febrero. Las cuentas de la Seguridad Social arrojaron en ese periodo un superávit de 3.490 millones, porcentaje que es un 46% inferior al del mismo mes de 2013. Si con casi el doble de ingresos fue necesario meter la mano en los ahorros de las pensiones el año pasado, este curso parece inevitable tener que volver a hacerlo. Sobre todo por la dinámica del gasto ya que mientras los ingresos han caído casi un 9%, básicamente por el recorte presupuestario, los gastos han crecido más de un 5%. Los ingresos por cotizaciones sociales sumaron en 2013 un total de 98.093,1 millones de euros, un 2,9% menos que en 2012. Y en el arranque de este año ya está retrocediendo a un ritmo del 1,18% |