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La planta del fabricante de electrodomésticos Edesa, perteneciente al grupo Fagor, en la localidad vizcaina de Basauri quedó ayer vacía al dejar el último de sus 230 trabajadores el encierro que iniciaron el pasado cuatro de noviembre en las instalaciones de la fábrica de termos en defensa de sus empleos y de la viabilidad de una factoría creada en 1941 como Fabrelec.
Los cerca de 230 empleados de la fábrica de Edesa de Basauri dejaron el encierro que iniciaron para reivindicar que su empresa integrada en el grupo Fagor Electrodomésticos, actualmente en proceso concursal, era viable y exigir que no fuera arrastrada por la crisis de su empresa matriz, la cooperativa perteneciente al Grupo de Mondragón.
El colectivo inició a primera hora de la mañana la labor de recoger los contenedores y las casetas de obra, así como los enseres que se han convertido en su segundo hogar durante este tiempo mientras veían, poco a poco, desaparecer la esperanza de que la histórica Edesa volviese a reanudar su actividad productiva aunque fuese con menos personal.
Los más antiguos de la empresa señalan que padres de algunos compañeros les recuerdan que la compañía ya renació de sus cenizas en otra grave crisis. Hace 25 años, en marzo de 1989, con la antigua Fabrelec a un paso del cierre, fue Fagor Electrodomésticos quién acudió, ironías del destino, en auxilio de Edesa al adquirir la totalidad de las acciones de Fabrelec por 1.500 millones de las antiguas pesetas y renegociar con las instituciones públicas una deuda que entonces llegaba a los 7.000 millones de pesetas. El resultado del ajuste supuso reducir la plantilla de la antigua Edesa-Fabrelec de 2.400 trabajadores a 790.
Veinticinco años después durante casi cinco meses, los 230 trabajadores de Edesa se han turnado para permanecer durante las veinticuatro horas al día en las instalaciones de esta planta, en lo que ha sido, visto ahora con una cierta perspectiva, un carrusel de emociones compartidas, hasta constatar la cruda realidad de que no se puede, "o no nos han dejado", señalan algunos, salvar la compañía.
Unai, uno de los trabajadores que estuvo ayer recogiendo enseres, no podía ocultar su emoción. "Me queda la tristeza de ver así esta empresa en la que han trabajado nuestros padres. Me ha dolido que se pueda cerrar una empresa que podía ser viable con una parte del colectivo laboral". Para Unai, "no peleamos sólo por nosotros. Es que era fundamental salvar la empresa, por la comarca, no en vano le llaman a esta vía, la Basauri-Galdakao, la carretera de la muerte por el número de empresas que han cerrado. La pena es que se ha apostado por vender lo que se pueda en vez de por mantener la actividad de Edesa".
críticas Unai valora el compañerismo y la convivencia de estos meses y no duda en criticar el trato recibido por parte de la cooperativa guipuzcoana. "A la hora de las recolocaciones parece que nosotros somos de tercera división respecto a otros colectivos de la cooperativa. Los que como nosotros cotizamos a la Seguridad Social en vez de a Lagun Aro apenas contamos". Con todo, el trabajador de Edesa no pierde la esperanza porque, entre otras cosas, "hemos dejado el encierro pero no abandonamos la lucha y las movilizaciones. No tiramos la toalla".
Isabel, una de las trabajadoras de Edesa, más que pena muestra enfado. "Estamos K.O. pero porque todo lo que nos han contado han sido mentiras". La operaria de la planta de Basauri reconoce que a estas alturas "el encierro ya no tiene sentido porque desgasta mucho". Isabel recuerda que cuando había problemas en Lagun Aro, "nosotros también contribuimos económicamente y ahora no quieren saber nada".
En relación a la posibilidad de recolocación futura, lo ve difícil. Y de volver al sector industrial casi ni se contempla. "Sí hay alguna gente que se ha recolocado, pero ha sido en Eroski con contratos eventuales de tres meses, de seis, con jornadas de 28 horas a la semana, no de cuarenta. Eso sí, estamos encantados con Eroski y le estamos muy agradecidos porque ellos sí nos han abierto las puertas, no como otros". Por otros, Isabel se refiere a MCC. "Representa lo más negativo que recuerdo de todo esto. Su no respuesta" |
