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Este mes de febrero se cumplen dos años desde que el Gobierno de Mariano Rajoy publicó en el BOE la primera versión de su reforma laboral, modificada en el mes de julio con retoques como la limitación a un año de la prórroga de los convenios. El resultado de la reforma es más que cuestionable en el plano del empleo, con un millón de puestos de trabajo menos, y además ha contribuido a empeorar las condiciones de los que trabajan. En dos años los sueldos se han reducido un 10% de media en el Estado español, según una encuesta realizada entre empresas de más de 50 empleados.
Esta caída salarial, que aumenta su impacto sobre los hogares combinada con la subida de los precios, es el resultado de varias medidas impulsadas en la reforma, entre las que destaca la mayor facilidad para dejar de aplicar el convenio y realizar modificaciones de las condiciones de trabajo. Un informe realizado por la Fundación Sagardoy, Adecco y el Club de la Excelencia en Sostenibilidad concluye que las grandes empresas están haciendo uso de la flexibilidad que brinda la reforma tanto para bajar salarios como para aplicar medidas de movilidad funcional y geográfica.
Los autores destacan que la reforma ha cumplido su objetivo de incrementar la competitividad de las empresas a través de la nómina de sus empleados, de manera que el ajuste salarial necesario en España "está hecho". No son de esta opinión la Comisión Europea o el FMI, que insisten en que el Gobierno español debe seguir devaluando las condiciones laborales para impulsar la contratación. Por otro lado, el informe analiza cómo se han reducido las indemnizaciones por despido, en el caso de despidos colectivos hasta 26 días por año trabajado. La reforma redujo de 45 a 33 días por año la indemnización en caso de despido improcedente, y amplió las posibilidades para despedir con la indemnización mínima de 20 días por año.
En cuanto a la contratación, la reforma ha disparado los contratos de formación -hasta 30 años y con una duración de entre uno y tres años- y los empleos a tiempo parcial. El PP se ha centrado en impulsar los contratos a media jornada, con los que busca cubrir la falta de empleo estable. En este sentido, los autores destacan que las economías sólidas presentan altas tasas de empleo parcial porque "es un elemento de flexibilidad", pero consideran que el reto del mercado laboral es que estos trabajos parciales pasen a ser indefinidos. La temporalidad continúa avanzando ya que más de la mitad de las empresas encuestadas declaran acudir a una agencia de colocación (ETT) cuando necesitan personal. |
