|
Así parece desprenderse de la voluminosa documentación que acompaña al expediente, que ofrece de partida una indemnización de 30 días con 18 meses de tope y prejubilaciones a partir de 58 años con el 70% del salario neto.
Un miembro de la mesa de negociación asegura que esta aparente “generosidad” obedece a un doble motivo. “Por un lado, quiere acallar cuanto antes la presión y, de alguna manera, la alarma social que se ha creado cuando anunció que quería despedir a 1.253 trabajadores. Y por otro, no puede hacerlo de otra forma cuando en sus propias presentaciones reconoce que en el periodo 1 de junio (fecha de constitución de Coca-Cola Iberian)/30 de noviembre de 2013, el grupo ya consolidado unos ingresos de 1.509 millones de euros, que le han permitido arrojar un resultado de explotación de 127 millones de euros y unas ganancias netas de 100 millones”.
En los más de 500 folios entregados a los sindicatos, y a los que ha tenido acceso CincoDías, la compañía no hace mención alguna a que el expediente esté justificado por razones económicas. Lo sustenta solo en base a causas productivas, derivadas de un cambio de la demanda continuado desde 2008 que, según la empresa, “ha provocado una continua erosión de sus márgenes”. Y en causas organizativas provocadas por la integración de los siete embotelladores en una nueva sociedad, “que ha aflorado, según la empresa, duplicidades, ineficiencias y una necesidad de unificar procesos y toma de decisiones.
Es decir, “hay dinero en la caja”, y la prueba de que lo hay es que la empresa está haciendo “una señal inequívoca de querer acallar la presión poniendo encima de la mesa el primer día de negociación un plan de prejubilaciones para trabajadores mayores de 58 años, que percibirían hasta que cumplan 63 el 70% de su salario neto”. “Mal se tiene que dar la negociación para que este plan de prejubilaciones no se convierta en uno de los mejores planes de una empresa industrial en España”, aseguran las fuentes consultadas.
El apartado más espinoso en la oferta de la empresa es el tratamiento con el que se quieren engrasar las recolocaciones. El empleado al que se adjudique uno de los puestos solicitados no se incorporaría a su trabajo hasta 30 días después de que la empresa le comunique el puesto. Y lo hará tras recibir, por gastos de traslado, 5.000 euros, “si la distancia entre el centro de origen y el de destino es superior a 75 kilómetros”. Además, Coca-Cola ha ofrecido ya que “si el salario fijo anual en el puesto de destino fuera inferior al que tenía en el puesto de origen, dará una cantidad equivalente a la diferencia multiplicada por tres”.
Ya en el terreno industrial, la empresa presidida por Sol Daurella, intenta explicar en base a un informe técnico elaborado por el despacho especializado en relaciones laborales Equipo Económico las razones que a su juicio le han llevado a cerrar las cinco fábricas que ha decidido clausurar, y en especial la de Fuenlabrada, en Madrid.
La documentación asegura que ha optado por diseñar un mapa productivo circular en el que sean las fábricas situadas en la periferia las que suministren al interior de la Península. De acuerdo con el informe técnico entregado a los sindicatos, este diseño “procura a la empresa unos ahorros de costes operativos anuales de 33 millones de euros, frente los 20 millones de euros de un diseño alternativo en el que se mantenía operativa la fábrica de Madrid”. “Además, este mapa circular, continúa, presenta unas inversiones evitables a futuro de 21,5 millones, muy por encima de las inversiones evitables que presentaba el diseño alternativo”.
|