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Éxito de convocatoria para los sindicatos; escaso seguimiento para la patronal. La repercusión de la primera de las dos jornadas de huelga convocadas en la enseñanza concertada fue diametralmente diferente en función de cuál de las dos partes del conflicto laboral que sacude al sector realizase la valoración. Mientras los representantes de los trabajadores rehusaron dar datos concretos de participación para evitar entrar en una «guerra de cifras» con las direcciones de los centros, Kristau Eskola (KE) minimizó el respaldo al paro al cuantificarlo en apenas un 24% de las plantillas, la mitad que en la anterior huelga del pasado 26 de septiembre.
12.000 trabajadores de KE (colegios religiosos) y de la Asociación Independiente de Centros de Enseñanza, AICE, (cooperativas y laicos) estaban llamados a secundar la protesta, que se repetirá hoy, en demanda de la negociación de un nuevo convenio sectorial de ámbito autonómico «sin recortes ni chantajes» y para emplazar al Gobierno vasco a que «busque una salida que no sacrifique» a los docentes. Tanto ELA, sindicato mayoritario en el sector, como CC OO, STEE-EILAS, LAB y UGT consideraron «muy amplio» el seguimiento de la primera jornada de paro, que trasladaron a niveles similares a la huelga precedente que entonces, también en abierta discrepancia con la patronal, cifraron en un 80%.
Según aseguraron las centrales, la incidencia de la protesta se notó en la «práctica totalidad» de los 250 centros del sector, salvo «contadas excepciones» y con mayor repercusión en Bizkaia. Desde primera hora, los trabajadores llevaron a cabo concentraciones y manifestaciones en los colegios para, a partir de las once de la mañana, unirse a las manifestaciones que se celebraron en las tres capitales vascas.
Los sindicatos convocantes volvieron a pedir a ambas patronales que «abandonen de inmediato» el convenio estatal -al que se acogieron en julio para rebajar un 3% los salarios, en similar proporción al recorte aplicado en la financiación que reciben del Gobierno vasco-, y en su lugar retomen las negociaciones para la firma de un nuevo marco territorial «sin ningún planteamiento de recorte y con garantía de aplicación en cada centro» frente a la reforma laboral. «Mientras no estén dispuestas a retirar sus imposiciones y a negociar, no nos dejan otro camino que el de la movilización», advirtieron. También recordaron la «responsabilidad» en el conflicto del Ejecutivo autónomo, al que exigieron que «abandone la política de recortes» y «dé estabilidad al sistema educativo y a las condiciones laborales» de las plantillas. Precisamente, la postura de los docentes se ha visto respaldada por una reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), que considera legalmente válido el anterior convenio laboral de ámbito vasco hasta la firma de uno nuevo.
Más seguimiento en Bizkaia
Portavoces de Kristau Eskola, que engloba a 137 centros, aseguraron que apenas una cuarta parte de las plantillas secundaron la convocatoria, un «escaso seguimiento» que reafirma su versión de que la huelga es «desproporcionada e irresponsable, traslada el conflicto a las aulas y no responde a la búsqueda de una solución para lograr la sostenibilidad de los centros». Según los datos oficiales de la patronal, el paro fue seguido por el 24% de los trabajadores frente al 48% que respaldó la protesta de septiembre. En 67 centros (51% del total) ningún docente abandonó su puesto de trabajo. Por territorios, la huelga tuvo mayor repercusión en Bizkaia (34%), seguido de Álava (24%) y Gipuzkoa (10%).
Respecto al conflicto judicial, Kristau Eskola se mostró dispuesta a retirar el recurso que tiene previsto presentar a la sentencia del TSJPV «en caso de que se firme con los sindicatos un preacuerdo sobre cómo gestionar la deuda acumulada», que ha cifrado en 20 millones de euros.
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