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En Euskadi trabajan ahora casi 4.000 mujeres más que hace un año. Y 2.500 varones menos. Es decir, el empleo creado en el País Vasco, con los primeros síntomas de recuperación de la economía, es netamente femenino. Así lo dicen los datos de la Seguridad Social en Euskadi. El pasado mayo había 408.312 afiliadas al sistema, frente a las 404.486 del mismo mes de 2013.
Janire Rodríguez pone rostro a la positiva estadística. Esta joven de 30 años tiene ahora mismo dos empleos. Por las mañanas trabaja en una casa “con contrato”. Se ha podido beneficiar de la ley de 2012 que facilita la incorporación de las empleadas de hogar al régimen general de la Seguridad Social. Desde el 1 de enero de ese ejercicio se han dado de alta 16.343 personas. La gran mayoría son mujeres. Tres tardes a la semana, Janire va a un revistero. “Trabajo tres horas cada vez que voy”. En total, su jornada semanal es de “39 horas”, casi ocho al día. “Tengo que pagar una hipoteca, así que me considero muy afortunada”, subraya. Sobre todo porque ella dejó su empleo anterior como teleoperadora “por las condiciones” y tiene familia muy cerca en paro: “Mi hermano, que tiene 23 años y todavía está estudiando, no encuentra nada”.
JANIRE RODRÍGUEZ34 años. Bilbao
Tengo que pagar una hipoteca, así que soy muy afortunada por tener dos trabajos
Los hombres son los que tienen más problemas ahora para incorporarse al mercado de trabajo. El número de varones dados de alta en la Seguridad Social continúa decreciendo, aunque en los últimos meses se atisban algunos rastros que dan pie a ser un poco más optimistas. Comparando mayo de 2013 y de 2014 hay 2.507 varones menos que cotizan a la Seguridad Social, una cifra muy lejana a los 24.251 que se perdían entre el mismo mes de 2012 y de 2013.
¿Hay más empleo? Sí. El Gobierno lleva meses jactándose de ello porque los datos están de su parte. No solo el de afiliación es positivo. También lo es el del paro. En Euskadi hace un año había 178.218 personas sin empleo. Ahora hay 3.351 menos. Los primeros meses de 2014 están siendo muy positivos. Sobre todo a partir de marzo, cuando ambas variables han comenzado a recuperarse tras un periodo de caídas continuas, algunas realmente agudas, a causa del fuerte -y tardío- impacto de la crisis en el País Vasco.
Las mujeres son las principales protagonistas de la mejora del mercado laboral. Los datos lo atestiguan, aunque no sea de manera escandalosa. La creación de empleo va pasito a pasito. ¿Cuál es la razón que explica esta tendencia? Luis Miller, profesor de Economía de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), apunta dos factores que contribuyen a ello.
El primero es que “se está creando un mayor número de empleos cualificados” y, en términos generales, “las mujeres tienen un mayor nivel de estudios”. Según los datos que maneja el investigador -uno de los participantes en el Informe Laboral Euskadi referente a 2013, que se presentó en febrero-, aumenta la demanda de técnicos y profesionales cualificados, y también crece el número de puestos ocupados por personas con estudios universitarios. El País Vasco es la comunidad autónoma con mayor población universitaria entre 25 y 34 años. La presencia femenina es superior a la masculina.
El peso del sector servicios y la industria
La segunda variable que influye en la mayor incorporación de las féminas al mercado laboral está en el sector servicios. “Tres de cada cuatro empleos se crean en él”, sostiene Miller. La educación, la sanidad, las actividades administrativas y la hostelería tiran del carro de la recuperación, con un incremento de las altas en la Seguridad Social entre el 2,5% y el 3,8%. Y estas áreas son cosa de mujeres.
Tres de cada cuatro empleos se crean en el sector servicios
Ahora, la fuerte presencia en ellas no es nueva, como no lo es tampoco que haya sectores “tradicionalmente masculinos”. Y precisamente son estos últimos los que están sufriendo con más crueldad los embates de la crisis. De ahí también los números negativos. Por ejemplo, la industria, donde mayoritariamente se emplea a varones, tiene un 2,5% menos de afiliados que hace un año, y su peso en la economía vasca es clave porque emplea a un 21% de los trabajadores -en España este porcentaje se rebaja al 13%.
Cinco meses de crecimiento
El mercado laboral empieza a dar síntomas de recuperación desde comienzos de año, aunque más moderados en Euskadi que en el resto de España. La afiliación a la Seguridad Social ha aumentado en 10.000 personas desde enero.
Por sexos, el reparto está casi al 50%. Las nuevas altas en hombres alcanzan las 5.099, mientras que en mujeres llegan a 5.265. Pero estos datos ratifican la tendencia que ya marcó 2013 a su término. En el último trimestre, ellas coparon el 59% de las incorporaciones al sistema, según el Informe Laboral Euskadi, coordinado por la catedrática de la UPV-EHU Sara de la Rica.
Por su parte, el desempleo acaba de situarse al mismo nivel que a principios de año después de que febrero y marzo presentaran un panorama desalentador, con 2.000 parados más cada mes. Y es curioso, porque en mayo había 349 hombres más sin trabajo que en enero, mientras que 347 mujeres habían encontrado uno. Cifras caprichosas, pero reales. En mayo se dieron unas 10.000 altas en la Seguridad Social más que en enero
La temporalidad
A la vista de estas estadísticas, podríamos hablar de cierto optimismo en el panorama laboral. Sin embargo, antes de lanzar las campanas al vuelo hay que escarbar todavía un poco más en las tablas del Ministerio de Empleo y Seguridad Social y del Gobierno vasco. El mercado se precariza: hay trabajo, sí, pero son puestos temporales y a tiempo parcial.
De los 64.064 contratos registrados el pasado mayo, solo 4.149 fueron indefinidos. El resto, 59.918, se adscriben dentro de lo que se llama temporales. Pero ojo, no hay que identificar número de contratos con número de trabajadores. Una persona puede encadenar varios contratos temporales en un año o, incluso, en una semana. Es el caso de quienes hacen sustituciones, trabajan por horas o son contratados para un asunto determinado con fecha de fin.
De hecho, en 2013 ya se experimentó un crecimiento de los temporales y a jornada parcial de un 9% respecto al ejercicio anterior. Y además, un 14% del total de los contratos fueron indefinidos a jornada parcial. Todas estas modalidades tiene como público objetivo a las mujeres, sobre todo, a aquellas que habían abandonado el mercado de trabajo por el cuidado de los hijos y se están incorporando.
Así lo creen tanto Miller como Massimo Cermelli, profesor de la Deusto Business School. Las mujeres “se ajustan” más al perfil del trabajador que se busca para una relación laboral de pocas horas, subraya Cermelli. Las razones de ello hunden sus raíces en aspectos culturales y sociales, pero también tienen que ver con que estamos ante una coyuntura económica muy dificil.
En épocas de bonanza “muchas mujeres optan por atender los compromisos familiares antes que los laborales”, explica el docente de la Universidad de Deusto. Sin embargo, cuando el sueldo del cabeza de familia se reduce, vuelven al mercado de trabajo para suplir la falta de dinero. Y no solo en España. “Esta misma situación ya se ha vivido en otros países europeos. Alemania e Italia son dos ejemplos”, prosigue Cermelli.
"Compromiso" de las empresas
Aunque no solo ellas se apuntan a la precarización del mercado de trabajo. También los jóvenes están metidos de lleno en este fenómeno. ¿Por qué? Hay muchos motivos, pero uno de ellos tiene que ver, nuevamente, con la crisis. “La disminución de los salarios crea la necesidad dentro de las familias de que más miembros consigan un trabajo”, añade Miller. Así las cosas, un contrato indefinido se convierte en una utopía para los jóvenes que hoy buscan su primer empleo. Y, sin embargo, uno por un corto periodo de tiempo puede ser visto como el maná para tapar esos 'agujeros' a los que no llega el presupuesto familiar.
Ante esto, cabe preguntarse si, entonces, la precarización es buena o mala. Cermelli cree que hay que ser optimistas. “Si miramos a corto plazo, claro que lo es”, señala. Pero hay que poner la vista más allá de esos seis meses que puede durar un contrato. Uno de ellos “ayuda a la creación y fidelización de relaciones laborales”. Es decir, la empresa conoce al trabajador y puede llamarle de nuevo para cierto tiempo o, incluso, para hacerle indefinido.
No obstante, Cermelli sostiene que a las empresas también les toca 'responder'.“Tiene que haber cierto compromiso, y un ejemplo claro es Volkswagen”. El fabricante de vehículos alemán bajó los sueldos de sus operarios cuando la crisis mordió sus beneficios, pero cuando la situación se dio la vuelta “repartió” las ganancias. ¿Sería posible que esto se diera en España? El experto mira con una sonrisa el horizonte: “Tenemos que estar felices con estos datos” |