|
La economía vasca se recupera, pero con lentitud. Con más lentitud que la del resto de España. Euskadi empezó a notar el zarpazo de la crisis más tarde que otras comunidades y también le está costando más apreciar los primeros atisbos de luz tras el largo túnel de la recesión. Salir de él le costará "más tiempo", explica el profesor de la Deusto Business School Iñigo Calvo.
El comportamiento del mercado laboral es un buen reflejo de ese retraso. El País Vasco cerró abril con apenas 75 parados menos, un retroceso del 0,04%, mientras en el conjunto de España el desempleo cayó en 11.565 personas, un 2,33%. En lo que va de año las listas de los demandantes de una ocupación han adelgazado en un pírrico 0,29% en Euskadi, frente a la media nacional del 6,11%. El crecimiento económico también es menos vigoroso. Después de más de dos años de cifras negativas, el Producto Interior Bruto (PIB) vasco mejoró un 0,4% en el primer trimestre de este ejercicio respecto al anterior, dos décimas menos que el conjunto de España (0,6%). ¿Por qué Euskadi viaja en el vagón de cola de la recuperación?
La industria, que nos ha permitido soportar mejor la crisis, empieza a verse golpeada tras cinco años de resistencia
El hecho de que la Semana Santa haya caído este año en abril -en 2013 lo hizo en marzo- ha condicionado la última estadística, muy afectada por el espectacular tirón en España del turismo, una actividad con un peso menor en Euskadi, explica Iñigo Calvo. "Los datos del paro nos han trasladado una mala sensación, pero no hay que dejarse llevar por algo que tiene componentes de alta temporalidad", explica. "El desempleo ha bajado más en el resto de España porque el sector turístico y terciario son mucho más potentes. Y no podemos olvidarnos de la temporalidad que domina este tipo de contratación", apunta. La singularidad del tejido productivo vasco está en el origen de ese dispar comportamiento, señala el economista. "El peso de la industria en el PIB del País Vasco es un 20% superior a la media española y está también por encima de la media europea. Este hecho nos ha permitido hasta ahora soportar mejor la crisis", que ha sido más violenta en otras comunidades más expuestas a la construcción, añade. "Pero después de un lustro resistiendo, la industria vasca, los empresarios y los trabajadores, están exhaustos de pegarse con el mercado, de aguantar, de refinanciarse...". A su juicio, las quiebras de dos empresas tan emblemáticas como Fagor Electrodomésticos y Cegasa son "muy paradigmáticas".
"Perdemos el tren"
El País Vasco va a "necesitar más tiempo" para alcanzar la recuperación porque "entró un poco más tarde en la recesión y aguantó mejor la pérdida de empleo", indica Calvo. "Los datos del paro así lo reflejan", lamenta. A su juicio, la fuerte dependencia de la industria juega a su favor porque "este sector soporta mejor las crisis económicas". Desde que comenzó la actual, esa actividad ha sido el motor que ha impulsado la economía de Euskadi, lo que ha permitido que en los momentos más duros de la recesión el retroceso haya sido menor que la media española. "El País Vasco aguantó bastante bien gracias a la innovación, a nuestras exportaciones, pero después de cinco años resistiendo la crisis ha golpeado más", explica el profesor de Deusto Business School. El turismo, que muestra claras señales de pujanza y tiene un peso clave en la economía nacional, resulta secundario en el caso de Euskadi. "Perdemos el tren de todos los efectos estacionales que conlleva este sector", aclara. "Y no es ningún consuelo que, aunque el paro se haya comportado peor en los últimos meses, tengamos la segunda menor tasa de desempleo, después de Navarra, porque estamos en un 17%, con 178.000 desempleados, y tenemos una sociedad envejecida, un mal cóctel de futuro", continúa.
No hay fórmulas mágicas, según los economistas, para dejar atrás el paro y la recesión, pero sí caminos por explorar. "Hay que apostar por las personas, la innovación y la industria", asegura Calvo. "Una población formada, con estudios superiores e idiomas, va a innovar, va a abrir nuevas empresas, va a crear nuevos servicios, va a aplicar el I+D, va a mejorar la cartera de servicios y productos de las empresas. Y si esto mejora, también nuestra industria, y, por consiguiente, vamos a vender más, a exportar más y a generar más puestos de trabajo". A su juicio, estos factores son "eslabones de una misma cadena". No hay que perder de vista, además, que la industria tiene "capital 'paciente'. Cuando haces una inversión industrial es para muchos años, no es un sector especulativo, necesita mucho I+D y para ello se precisa de mucha gente formada".
Exportaciones Dentro de esa cadena, la internacionalización juega un papel determinante, añade Calvo. "Tenemos que reactivar la diplomacia comercial, de la mano de las administraciones públicas vascas, de los empresarios, de los clusters... Hay que retomar los viajes comerciales al exterior, es decir, esa colaboración público-privada para ir fuera y presentar Euskadi, hacer relaciones comerciales en aquellos mercados que nos interesan". En la actualidad, el 60% de las exportaciones vascas tienen como destino la UE, menos del 3% se dirigen a China y apenas el 5% a mercados frontera, epígrafe bajo el que se engloban países como Túnez. "El crecimiento económico en el futuro se va a dar sobre todo en China y en esos mercados frontera", apunta el profesor de la Deusto Business School. "Y nuestras exportaciones están muy centradas en Europa. La UE ya empieza a ser mercado interno. Hay que resituar nuestras ventas y hay que mejorar nuestra posición en los países que van a experimentar crecimiento", concluye.
|