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El Gobierno español ya ha cuantificado el mordisco que asestará a las pensiones con la fórmula de revalorización introducida en la última reforma. En el plan de estabilidad enviado a Bruselas, el Ejecutivo de Rajoy confirma que las pensiones subirán el mínimo del 0,25% los próximos tres años, de manera que la pensión media en Euskadi de 1.073 euros apenas se revalorizaría 8 euros hasta 2017 al ritmo de 2,7 euros al año. El crecimiento previsto de los precios es para ese periodo del 3,8%, de manera que con el anterior sistema de revalorización vinculado al IPC los pensionistas vascos hubiesen visto subir su paga más de 40 euros. La pérdida acumulada en estos tres años ronda los 450 euros.
El empobrecimiento de los pensionistas ha sido una realidad en los años de crisis a través de decisiones puntuales tanto del Gobierno del PSOE como del PP dirigidas a congelar o a subir las prestaciones por debajo del IPC. La reforma de Rajoy consolida la pérdida de poder adquisitivo a través de una fórmula que tiene en cuenta la evolución de los ingresos de la Seguridad Social los últimos ejercicios. El Gobierno de Madrid ya ha indicado a Bruselas que, dada la evolución desfavorable de las cuentas del sistema desde 2011, hasta 2017 la subida será la mínima prevista, del 0,25%.
El Ejecutivo del PP estima un ahorro creciente en los próximos años en el gasto en pensiones, que alcanzará los mil millones en 2017. La desvinculación de la nómina de los pensionistas del IPC será una de las claves que permitirán a España reducir su gasto público y cuadrar los objetivos de déficit, según las estimaciones del Gobierno. Además, en 2019 entrará en vigor la otra pata de la reforma de las pensiones, que reduce la paga de los nuevos pensionistas a través de otra fórmula que tiene en cuenta la evolución de la esperanza de vida.
Los pensionistas han visto cómo su nómina apenas subía un 0,25% este año, si bien se espera que la inflación no alcance cotas mucho más elevadas al final del ejercicio -en abril se situó en el 0,4%-. Pero el IPC se mantendrá al alza los próximos años despegando de ese 0,25% que subirán las pensiones y que dará lugar a incrementos de apenas 2,7 euros cada año en la pensión media de la CAV.
Cruzando esta evolución con las estimaciones de inflación, los jubilados vascos dejarán de ganar en 2015 alrededor de siete euros al mes en relación con el antiguo sistema vinculado al IPC. La inflación seguirá creciendo en 2016 y 2017 y la brecha con las pensiones alcanzará los 11 euros y los 14 euros al mes en cada uno de esos dos años. Es decir, la pensión media será dentro de tres años 32 euros más baja. Multiplicada por las 14 pagas de cada ejercicio, la pérdida total es de unos 450 euros. |