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Los jueces han vuelto a dejar en stand by uno de los puntos clave de la reforma laboral. Dos sentencias han reconocido la vigencia de los convenios del metal de Bizkaia y Araba, que el pasado 7 de julio agotaron el periodo de un año de ultraactividad. Ambos acuerdos fueron suscritos en minoría por CC.OO. y UGT pero servían de referencia en la mayoría de empresas del sector en ambos territorios. Su confirmación en los tribunales, a falta de posibles recursos por parte de la patronal, hace que cerca de 65.000 asalariados vascos vean reforzada la seguridad en relación a sus condiciones laborales y, además, puede allanar el camino a la concertación en uno de los sectores con más peso en la economía vasca.
Diversos agentes sociales y económicos han coincidido en destacar el papel central de los tres convenios territoriales del metal en la negociación colectiva vasca. Un acuerdo para renovarlos podría tener un efecto favorable no solo en el resto de convenios sino también en el conjunto de la economía, ya que mejoraría la capacidad adquisitiva de decenas de miles de trabajadores y serviría de paraguas para miles de pequeñas empresas que no pueden negociar un acuerdo propio. Ese escenario se antoja improbable ya que la postura de sindicatos y organizaciones empresariales sigue muy alejada y, de hecho, las conversaciones están en vía muerta.
El último convenio de la metalurgia firmado en Bizkaia fue suscrito en minoría por CC.OO. y UGT para el periodo 2008-2011. Esto significa, según la ley, que solo regula las condiciones de trabajadores adscritos a las organizaciones firmantes. Pese a ello, y ante la ausencia de un acuerdo de eficacia general, en la práctica ha venido regulando las condiciones de los empleados en la totalidad de empresas metalúrgicas sin convenio propio, algo más de 50.000 asalariados. Algo similar ocurre con el convenio alavés, con cerca de 15.000 trabajadores. Por tanto, aunque la vinculación legal estricta de estos convenios es limitada, los sindicatos que han presentado las denuncias esperan que las sentencias emitidas ayer por los tribunales de lo social tengan valor para todos los metalúrgicos de Bizkaia y Araba.
Revulsivo Según la patronal, la inmensa mayoría de industrias del metal en estos dos territorios han mantenido las condiciones a sus empleados tras el 7 de julio, a pesar de haber decaído los dos convenios. Estos dos fallos refuerzan las garantías de que seguirá siendo así, apuntan fuentes sindicales, que no obstante emplazan a leer en profundidad las sentencias para confirmar si extienden sus efectos al conjunto de trabajadores del metal. Por otra parte, hace semanas el juez dio validez al convenio vizcaino firmado por CC.OO., UGT y LAB y caducado en 2003, con salarios mucho más bajos pero que no es aplicado ya por las empresas.
Más allá del embrollo jurídico, CC.OO. y UGT subrayan la importancia de que la patronal y LAB acepten sentarse otra vez a la mesa para negociar nuevos convenios en el metal. "Estas sentencias aseguran que se mantienen las condiciones, y si además sirven de revulsivo para retomar las negociaciones por nosotros no va a ser", indicó UGT-Euskadi. |