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Otra pieza del engranaje de la Corporación Mondragón se acerca al precipicio. Furniture Group Mueble (FGM) solicitó ayer preconcurso de acreedores en un último intento de renegociar la deuda y dar un giro a su actividad. El grupo cooperativista considera que es la única forma de salvar su división de mueble, que no ha podido resistir la caída de ventas en el Estado y que no ha encontrado fuera proyectos con los que compensar el lastre que le arrastraba hacia el fondo.
Mondragón asegura que la solicitud de preconcurso tiene como única finalidad reflotar la compañía, no se trata, sostienen, de un primer movimiento hacia el cierre, sino de todo lo contrario: buscar una salida. Sobre el papel hay tres meses por delante para conseguirlo y la casa matriz confía en lograrlo, aunque advierte de que en cualquier caso no podrá mantener toda la plantilla -en torno a un centenar de trabajadores- y que busca soluciones para minimizar el impacto laboral de la reconversión.
Lo cierto es que la caída de Fagor Electrodomésticos ha marcado un antes y un después para el icono del cooperativismo vasco. Todo puede pasar si la joya industrial se ha estrellado y hay serias dudas en el sector en torno a la fortaleza del área del mueble, que ya sufrió una reestructuración en 2012. No hay relación directa entre la situación de ambas unidades de negocio, aunque FGM suministraba algunas piezas a Fagor Electrodomésticos.
fusión a tres La crisis ha castigado severamente la unidad de negocio de Mondragón especializada en mobiliario. Las tres cooperativas del ramo -Fagor Mueble (cocina), Danona (hogar y hostelería) y Coima (Oficina)- se fusionaron en junio de 2012 para ahorrar costes y lanzarse a los mercados exteriores. El bloqueo del consumo en España aconsejaba buscar otros horizontes y FGM ha conseguido vender fuera un 40% de su producción.
No ha sido suficiente porque no se han cerrado grandes operaciones internacionales y además la facturación en el Estado continuó con su desplome el año pasado.
Las ventas del sector del mueble han caído un 70% en el Estado desde el inicio de la crisis, una evolución negativa que se refleja de forma casi mimética en los balances de FGM. La situación se ha hecho insostenible y la cooperativa presentó ayer en un juzgado de Donostia el preconcurso de acreedores. MCC subraya que la intención de la compañía es redirigir su negocio hacia el sector del contract, llave en mano, abandonar la actividad doméstica y centrarse en operaciones de gran volumen: proyectos de equipamiento integral para hoteles, residencias, promociones y oficinas. Para ello apostará con fuerza por nuevos mercados internacionales, como Centroamérica, China, Medio Oriente y el norte de África.
La internacionalización ya es un hecho en FGM y de cara a 2014 tiene en marcha varios proyectos de equipamiento de hoteles, cocinas y oficinas en países como el Reino Unido, Francia, Marruecos, Cuba, China, Argelia, Arabia Saudí, Panamá, Colombia o México. Con una facturación en torno a 13 millones de euros, FGM tiene una plantilla de 105 trabajadores distribuidos en sus dos plantas, Gasteiz y Azpeitia.
La sombra de Fagor Electrodomésticos también se proyecta en las fórmulas que se buscan desde Arrasate para dar salida al excedente de puestos de trabajo que se producirá cuando se reorganice la cooperativa. En los diferentes escenarios que se trabajan, se contemplan prejubilaciones y la reubicación de socios trabajadores en otras firmas del Grupo. Todavía no hay una evaluación del impacto laboral.
El gigante de la economía social sufre otro duro golpe en un momento delicado. En medio del proceso de reflexión interna sobre un nuevo modelo de gestión abierto tras la dimisión de su presidente Txema Gisasola, el grupo está renegociando la deuda de Eroski mientras continúan tambaleándose las fichas del dominó tras el desplome de Fagor Electrodomésticos. |